5/8/07

IPD: A ANDRÉS LO QUE ES DE ANDRÉS

El reciente cambio producido en la dirección del IPD en Loreto ha creado indebidamente una especie de fiesta en quien o quienes han seguido una campaña de desacreditación de la figura y el prestigio bien ganado de Andrés Ferreira Macedo. Inmerecida actitud ante la dedicación y el servicio del dirigente que por muchos años ha ido demostrando que con simpatía, profesionalismo y honestidad se puede servir a la sociedad.

Tengo los argumentos necesarios y la experiencia más que suficiente para poder hablar del deporte en la Amazonía, lo que me da la suficiente autoridad para opinar sobre la trayectoria del IPD y lo que hizo Andrés a lo largo de esta institución que por lo menos en los últimos años ha logrado avances sustantivos en la permanente ruta de ordenar la actividad deportiva.

Han pasado por el sillón que hoy ocupa el célebre futbolista Marcial Salazar Orbe, muchos hombres que han dejado también muchísimo tiempo de sus vidas y que unos más que otros han mejorado la condición de la infraestructura y la organización deportiva en Loreto. Desde los años que recuerdo en los que estaban Demóstenes Álvarez Vásquez, Gilberto Alván Acosta, Róger López Vásquez, Pastor Paredes Salazar, Raúl Orbe Sánchez, Felipe Valera Rivas y uno que otro que no recuerdo hasta llegar a Andrés Ferreira.

Los ex presidentes o jefes del IPD han servido a la sociedad, de alguna manera eficientemente en medio de sus limitaciones económicas y de experiencia, pero ninguno de ellos podría ser cuestionado por lo que hizo o dejo de hacer. Nada ilegal que cuestionar ni acusar, al contrario todos ellos merecen el mayor reconocimiento desde los que no están entre nosotros y que desde hace mucho están gozando de la paz eterna, y hasta por su puesto los que sobreviven para conocer la satisfacción que causa el avance de nuestro deporte.

Recuerdo las intenciones de unos de ofrecer cambios entre las organizaciones deportivas, en la misma infraestructura procurando su mejoría, capacitando dirigentes, popularizando la actividad deportiva hasta su masificación, uno que otro pintando de política la recreación y el deporte. Todos ellos bien intencionados y hasta donde yo pude ver, ya que estuve cerca, sin deseos de lucro particulares.

Andrés Ferreira, no puede ser cuestionado por malos manejos, criticado tal vez por lo lógico y natural de no haber podido hacer todo lo que hubiese querido hacer o lo que deseamos haya podido hacer y no lo hizo. Es propio de los habitantes de este mundo que no se logra alimentar el contento de todos. Que lindo sería llegar a ese ideal, que nos llenaría de regocijo. Pero es muy difícil por no decir imposible alcanzar ese ideal.

Algunas medidas tomadas desde la administración Ferreira pudieron no ser entendidas ni haber logrado satisfacer a todas las personas, pero es así. Hay medidas que se toman, pueden parecer duras pero forman parte de la política administrativa de una institución y el ser personal del conductor, en este caso el presidente de la institución. Al final será el mismo Andrés el que podrá dar cuenta de lo manejado en la cosa pública, en lo que supongo no hay problemas.

Muy pocos quieren reconocer los logros de los demás. Es el egoísmo y la mezquindad innata de los seres humanos. A Andrés le debemos mucho. A Andrés Ferreira se le debe el reconocimiento por haberle quitado tiempo a sus asuntos particulares para entregarlos a la gestión pública en el afán de crear conciencia en las autoridades políticas de turno para tomar la decisión de demoler el pasado del fútbol expresado entonces en el viejo Max y levantar una de las más bellas construcciones deportivas de América que es el Estadio Max Augustín. Sería estúpido desconocer esta gesta del joven empresario y dirigente deportivo.

Desconocer que Andrés contribuyó en el ordenamiento de la actividad deportiva y generó estructuración dentro de una institución que con sus escasos recursos económicos tiene que hacer magia para responder sus obligaciones económicas de toda índole, es por demás necio.

Ahora Marcial Salazar Orbe recibe un IPD más organizado, con mejor infraestructura y con mayores responsabilidades ante la sociedad deportiva loretana. Ser mejores, es siempre una meta lógica sobre la que debe trabajar el ex entrenador de CNI, correcto ex futbolista profesional de Hungaritos, del mismo equipo “albo”, Municipal, Universitario, Alianza Lima y otros notables equipos nacionales. Interesante, no?. Pedimos lo correcto ser mejor que el anterior, y en este caso esa es una tarea muy difícil.

Por eso, con esa simpleza de las demostraciones saludo el trabajo dejado por Andrés Ferreira y deploro los comentarios infundiosos de algunas personas, dedicadas a la destrucción de las honras de quienes se han elevado en sus valores para servir mejor a nuestra sociedad. Los avances están ahí, ante los ojos de propios y extraños. Y en este caso no nos queda otra cosa que valorar a Andrés en toda su dimensión tomando las palabras bíblicas “por sus obras los reconocereis…”, esa es la grandeza de su terquedad por servir a nuestro Loreto.